¿Has visto alguna vez a un deportista inhalar de un bote o cápsula antes o durante la competición?Conocerás lo que contiene y el fin con el que se usa

A continuación hablaremos sobre algo que seguro muchos de vosotros habéis visto hacer, por ejemplo, a un halterófilo antes de levantar el peso, o a un boxeador durante el descanso entre rounds, o un jugador de fútbol americano antes de patear el balón, que es inhalar de un bote o cápsula que le proporciona un miembro de su equipo. Pues el misterioso bote es un inhalador de amoniaco (IA), del cual vamos a hablar más detalladamente en este artículo en relación con la investigación que James R. Velasquez realizó para el número de Abril de 2011 de la prestigiosa revista Strength and Conditioning Journal al respecto.

Los IA se ven de manera frecuente en deportes como el powerlifting, halterofilia, fútbol americano, boxeo, hockey y diferentes artes marciales, y se usan con el fin de mejorar el rendimiento durante el entrenamiento o la competición(1,2), como un medio de aumentar la concentración y mentalización, llegándose a especular incluso con que también se usan para aumentar la fuerza muscular durante cortos intervalos de tiempo(1). Lo cierto es que en la actualidad no se ha podido demostrar científicamente este beneficio ergogénico.

Los IA pueden ser sales de inhalación, capsulas de amoniaco o sales de amoniaco, e históricamente se han usado como tratamiento de desmayos, vértigos y mareos. No existe investigación alguna sobre el riesgo que conlleva el uso de IA en el ámbito deportivo, aunque sí hay informes que indican que su uso se está extendiendo(1,2), a pesar de la advertencia de muchos profesionales médicos que avisan que el uso de IA pueden complicar la evaluación de una lesión, especialmente en lesiones de la cabeza como pueden ser una conmoción cerebral, muy frecuente en deportes que impliquen cierto grado de contacto físico.

A pesar de la ausencia de investigación acerca del uso de IA entre deportistas, se sabe que su uso se remonta al siglo XIII(2). Es necesario una mayor investigación al respecto que sirva para que los entrenadores y preparadores físicos adquieran más conocimientos sobre el riesgo que puede suponer el uso de los IA, ya que se han dado numerosos casos de reacciones adversas en deportistas que utilizaron este tipo de “ayuda” en el entrenamiento y/o la competición.

¿Qué son los IA?

El ingrediente activo de los IA es el carbonato de amonio, que suele combinarse con olores o perfumes, dotándoles de una apariencia más sofisticada como pueda ser una “fragancia aromática de amoniaco”. El carbonato de amoniaco es un estimulante del sistema respiratorio que ejerce su efecto fisiológico cuando es inhalado o esnifado. Cuando se inhala causa una irritación rápida y extrema de los pulmones, la nariz y la membrana mucosa de la cavidad nasal. Esto provoca un reflejo que causa inhalación rápida e involuntaria(2). Este reflejo estimula la musculatura que hace que la respiración sea más rápida, estimulándola y consiguiendo un elevado grado de conciencia.

Desde hace mucho tiempo los IA se han usado para tratar desmayos, vértigos y mareos, aunque a día de hoy en países como los Estados Unidos sólo está autorizado su uso en desmayos, y clasifican a los IA como estimulantes respiratorios que actúan mediante la irritación del sistema respiratorio(3).  En países como Canadá, se ha terminado con la venta de los IA y ya no están disponible para la población general(4), como sí que sucede en los Estados Unidos.

El amoniaco es una sustancia tóxica, y el uso de IA puede aliviar los síntomas de una lesión, pero también puede complicar una lesión subyacente enmascarándola. Este hecho hace que su uso sea desaconsejado por la mayoría de profesionales de la medicina del deporte, aunque la fácil accesibilidad que los deportistas tienen a ellos hace que los entrenadores tengan la necesidad de saber más acerca de ellos.

El uso de IA se observa con más frecuencia durante la competición, como en los boxeadores entre los rounds de un combate, aunque también los usan algunos deportistas en sus entrenamientos de fuerza de alta intensidad, sobre todo trabajando con repeticiones máximas (1RM) en ejercicios como el press de banca, el peso muerto o la sentadilla.

¿Son seguros?

A pesar de que su uso en el tratamiento de problemas médicos como los desmayos se considera seguro, no hay ninguna investigación científica que ampare su seguridad ni siquiera susbeneficios ergogénicos en el ámbito deportivo. A pesar de ello los deportistas, y desafortunadamente también numerosos entrenadores y profesionales, lo usan para incrementar la conciencia, la concentración y la emoción antes de la competición, así como un modo de “despejar la cabeza” después de una lesión. Esta práctica es peligrosa porque pueden enmascarar una lesión subyacente, o incluso provocar una contracción brusca e involuntaria de la cabeza y el cuello, incrementando el grado de la lesión.

Se han dado numerosos casos de toxicidad, enfermedad e incluso muerte como resultado del uso de la exposición a grandes dosis de amoniaco. La inhalación de dosis elevadas puede causar graves lesiones pulmonares (5). Hace muchos años que se han dado reacciones adversas debido a su uso en el deporte(1), como en 1920, en el que un boxeador perdió la conciencia debido a un uso excesivo de IA. Aunque estos casos son raros, Herrick y Herrick (1) informaron un caso de anafilaxis (reacción alérgica severa) de una levantadora de peso como consecuencia de inhalar IA durante una competición en la que intentaba batir un récord nacional.

El uso de IA en competición debería de prohibirse en todos los casos, pues si se utilizan después de traumatismos craneoencefálicos podrían complicar la evaluación médica posterior así como elevar el riesgo del deportista que se reincorpore tras el golpe después de haber utilizado el IA. Actualmente hay mucha información acerca de las consecuencias que tienen varios episodios repetidos de conmociones cerebrales, causando daños crónicos a nivel cerebral y psicológicos a largo plazo. Muchos deportistas que sufrieron este tipo de daños habían utilizado con frecuencia IA tras las conmociones, como el jugador de la NFL Jim Brown(6), que regresó al partido tras sufrir una conmoción cerebral y mecionó haber utilizado sales de amoniaco como método de tratamiento. El ex-jugador de la NFL, Andre Waters, sufrió, según sus propias palabras, más de 15 episodios de conmoción cerebral durante su carrera deportiva, utilizando con frecuencia sales de amoniaco. Se suicidó en el año 2007, y los médicos concluyeron que tenía daños cerebrales importantes como resultado de estos episodios que le llevaron a la depresión y la muerte prematura.

Hemos citado lo anterior no como un intento de relacionar el uso de IA directamente con la muerte de deportistas, sino para demostrar el peligro que tiene su uso como enmascarante de una posible lesión de mayor gravedad tras sufrir una conmoción cerebral, debido a su efecto recuperador casi instantáneo tras sufrir uno de estos episodios, suponiendo un peligro para el deportista que lo usa en medio de un partido, como los jugadores de fútbol americano citados anteriormente, que regresaban al terreno de juego tras usar IA después de haber sufrido un traumatismo craneoencefálico de diversa gravedad.

Además de riesgo que supone el uso de IA como agente enmascarante de una posible lesión de mayor gravedad, su uso en el entrenamiento puede aumentar el riesgo de lesión, ya que, sobre todo en entrenamientos a repeticiones máximas, el deportista percibe este método como un “punch” de fuerza que puede llevarle intentar levantamientos con un nivel de intensidad que no es capaz de controlar con una técnica correcta.

Conclusión

En resumen, decir que si bien los IA se usan por los deportistas para mejorar la concentración y la fuerza, a día de hoy no hay estudios científicos que demuestren sus efectos ergogénicos, así como tampoco existe estudio alguno que demuestre la seguridad de su uso, por lo que es necesario una mayor investigación en este campo para que los entrenadores y preparadores físicos adquieran mayores conocimientos acerca de su posible uso en deportistas, y evitar episodios como los comentados en párrafos anteriores.

Por lo tanto y dada la escasa evidencia científica de su uso así como sus posibles y peligrosos efectos adversos, sinceramente no recomendaria su uso en ninguna modalidad deportiva.

Fuentes: 

James R. Velasquez. Strength and Conditioning Journal. April 2011.

  1. Herrick R and Herrick S. Allergic reaction to aromatic ammonia inhalant ampule: A case report. Am J Sports Med 11: 28, 1983.
  2. McCrory P. Warm up; smelling salts. Br J Sports Med 40: 659–660, 2006.
  3. Rodenberg H. Ammonia inhalants: Not to be taken lightly. Available at: http://www. jems.com/news_and_articles/columns/ Rodenberg/Ammonia_ nhalants.html. Accessed: March 8, 2010.
  4. Reynolds R. Stop sale, use of ‘‘smelling salts’’ [letter]. Family Practitioner Report Online. 10: 2004.
  5. Campbell S. Severe ventilatory depression reversed with aromatic ammonia inhalationn [letter]. N Engl J Med 319: 1550, 1988.
  6. http://nfl.fanhouse. com/2010/03/01/jim-brown-actuallywas- hurt-once