El fosfato sódico ha irrumpido recientemente en el amplio abanico de ayudas ergogénicas nutricionales para mejora del rendimiento.
El fosfato sódico es de administración oral, a dosis de 3-5g/día en periodos de 3 a 6 días. Los estudios publicados han referido incremento de rendimiento aeróbico, por medio de mejoras en la capacidad aeróbica, potencia pico de trabajo, umbral anaeróbico y respuesta cardiaca al ejercicio. Los mecanismos fisiológicos que justifican tales mejoras no están totalmente clarificados, pero se han barajado aumento de la concentración de 2,3 DPG, eficiencia miocárdica, capacidad buffer y mejoras en la síntesis de ATP/PC. Ahora, es el turno de precisar las dosis adecuadas y los protocolos de administración, así que en los próximos meses asistiremos a propuestas diferentes de grupos de investigación. Podéis encontrar una extensa revisión sobre este tema en una revisión recientemente publicada (Buck y col, 2013; Sports Med 9-abril)