INTRODUCCIÓN:
Por los años noventa investigadores de las ciencias del ejercicio demostraron que la fuerza de los atletas y la capacidad de resistencia aumentaron como resultado del estímulo psicológico. Muy a menudo los atletas al tener numerosas sesiones, no siempre tienen a un compañero o amigo a su alrededor para recibir animo, o palabras de apoyo cercanas, por lo que algunos murmuran palabras de aliento a sí mismos, si, el auto-dialogo positivo. Si esto funciona o no funciona siempre ha sido un tema controvertido, en esta anterior entrada profundizo mas aun en este tema (pinchar aqui). Pero ahora os traigo un estudio en el cual probaron que las intervenciones psicobiológicas realmente funcionan.
MÉTODO:
30 jugadores de baloncesto profesionales fueron asignados aleatoriamente a 3 grupos durante un periodo e 6 semanas de desentrenamiento forzado debido al COVID-19.
Grupo control: sin entrenamiento de imágenes mentales motoras
Entrenamiento de imágenes motoras – con 85% del 1-RM
Entrenamiento de imágenes motoras – con cargas potencialmente optimas
Se pidió a los participantes que practicaran mentalmente ejercicios de entrenamiento de fuerza de tren superior e inferior. Todos los grupos complementaron 2 sesiones semanales de carrera a alta intensidad.
RESULTADOS:
El rendimiento de fuerza máxima y potencia mejoraron siguiendo ambos protocolos de imágenes motoras (rango: 2% a 9%) pero se redujeron en el grupo control, en comparación con la pre-intervención.
Mientras que al 85% de 1-RM produjo mayores efectos en las medidas de fuerza máxima que las cargas de potencia optima, esta ultima indujo respuestas superiores en la capacidad de salto del tren inferior y la potencia muscular.
CONCLUSIÓN:
Los resultados de este estudio destacan claramente que las prácticas de imágenes motoras son una herramienta viable y potente para mantener y aumentar en cierta medida el rendimiento físico entre los atletas profesionales durante periodos de desentrenamiento forzado.