Desde hace tiempo, se estudia el tema de la termogénisis adaptativa debido al clima o a la temperatura corporal. parece ser que con el frío podríamos estimular nuestra grasa parda (o grasa marrón debido al gran número de mitocondrias),que según estudios que se están realizando, ponen en relieve que se trata de un tejido que demanda mucha energía para proporcionársela al organismo y elevar su temperatura cuando hace frío, además suele ser inversamente proporcional al grado de adiposidad, es decir cuanto menos grasa parda más masa corporal de posee.

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Se dice que Michael Phelps consume 12.000 calorías. Buena parte de su gasto calórico se va en mantener la temperatura corporal bajo el agua. Llamada termogénisis

Éstos mismos estudios parecen indicar que simplemente 50 gramos de ella,  podrían quemar hasta el 20% del gasto diario de energía de un adulto, algo que sin duda habría que tener en cuenta. Los estudios recientes que examinan el tejido adiposo marrón o tambien llamada grasa parda (BAT ) en el metabolismo en humanos adultos han aportado pruebas convincentes de su potencial termogénico y el papel en la limpieza glucosa circulante y ácidos grasos bajo la exposición leve en un resfriado agudo. Por el contrario , los primeros indicios sugieren que el metabolismo de BAT son de los primeros enfoques en la obesidad y la diabetes tipo 2, que puede tener importantes implicaciones patológicas y terapéuticas. Aunque muchos modelos de mamíferos han demostrado la flexibilidad fenotípica de este tejido a través de la exposición al frío crónica , poco se sabe acerca de la plasticidad metabólica de BAT en los seres humanos. Desctacar que la grasa parda (BAT), grasa marrón o tejido adiposo marrón, es un tipo de grasa muy especial, cuya misión principal es producir calor, lo que consigue a través de sus numerosas mitocondrias.

Un nuevo estudio J Clin Endocrinol Metab. 2014 Ma  que tenia como objetivo , determinar si las 4 semanas de exposición al frío diaria podría aumentar tanto el volumen de BAT metabólicamente activo y su capacidad oxidativa .

Diseño

Seis hombres fuerón expuestos a 10 ° C durante 2 horas al día durante 4 semanas ( 5 días / semana ) , usando un traje de líquido acondicionado . Utilizando electromiografía combinada con la tomografía por emisión de positrones con [( 11 ) C ] acetato de etilo y [( 18 ) F] fluorodeoxiglucosa ,evaluarón BAT oxidativo, la captación de glucosa , y el volumen antes y después de 4 semanas de aclimatación al frío.

Resultados

El protocolo de aclimatación de 4 semanas suscitó un aumento del 45 % en el volumen de la actividad de las MTD (de 66 ± 30 a 95 ± 28 ml, P < 0,05 ) y un aumento de 2,2 veces en el metabolismo oxidativo total de BAT por frío (de 0,725 ± 0,300 a 1,591 ± 0,326 ml · s ( -1 ), P < 0,05 ) .La intensidad del tembleque no fue significativamente diferente en comparación con el anterior post aclimatación ( 2,1 % ± 0,7 % vs 2,0 % ± 0,5 % de la contracción voluntaria máxima, respectivamente). La captación de glucosa fraccional en BAT aumentó después de la aclimatación (de 0,035 ± 0,014 a 0,048 ± 0,012 min ( -1 ) ) , y la absorción neta de glucosa también mostró una tendencia hacia un aumento (de 163 ± 60 a 209 ± 50 nmol · g ( -1 ) · min ( -1 ) ) .

Conclusiones

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Estos resultados demuestran que la exposición al frío diaria no sólo aumenta el volumen de las MTD metabólicamente activo, si no que también aumenta su capacidad oxidativa y por lo tanto su contribución a la termogénesis inducida por el frío. No quiero decir con todo ésto que una persona que quiera perder algo de tejido adiposo deba de realizarlo, sino simplemente que sepan que existen unas cuantas herramientas que pueden ser utilizadas para éste propósito. Muchas veces en nuestro afán de perder algunos kilos extras podemos recurrir a termogénicos, que no son otra cosa que una serie de sustancias que de forma individual o en combinadas actúan sobre nuestro metabolismo aumentando nuestra temperatura corporal, por lo que en el mantenimiento de nuestra homeostasis térmica perdemos grasas;en la termogénesis inducida por el frío, ocurre lo mismo pero al revés, como la temperatura exterior es más fría que la de nuestro cuerpo, nuestro metabolismo se activa con el fin de generar calor, lo que conlleva igualmente a la utilización de nuestro tejido adiposo, es decir conseguimos el mismo resultado con el procedimiento opuesto, pero sin los efectos secundarios que los primeros producen como pueden ser nerviosismo, irritación, insomnio, náuseas, taquicardias, entre otros muchos. es decir sumergirnos en una bañera helada provocará sin lugar a dudas fuertes «tiritonas», que equivalen a un tipo de entrenamiento parecido al que se produce con las contracciones isométricas, porque de éste modo nos aseguramos el mantenimiento de nuestra temperatura corporal a expensas de nuestro glucógeno. Ésto puede ser interesante realizar (siempre y cuando estemos acostumbrados), como una parte del entrenamiento físico donde incidimos principalmente en el agotamiento del glucógeno, de hecho 15 minutos sumergidos en éste agua puede ser un auténtico entrenamiento. Pero cuando se trata de utilizar mayormente la grasa, no es necesario llegar a ese estado donde el cuerpo comience a temblar de frío, sino simplemente con bajar la temperatura del agua algunos grados puede ser más que suficiente como para que el cuerpo tenga que recurrir a las grasas para intentar mantener la homeostasis térmica, aunque también podría ser buena idea bajar el termostato de la calefacción o abrigarnos un poco menos, de todos modos, aunque no sea por la grasa, nuestra salud también nos lo agradecerá.