El aumento del estrés oxidativo y las respuestas inflamatorias son comunes en deportistas. Además, la exigencia de los entrenamientos que conlleva la actividad deportiva se asocian con  fatiga, dolor muscular tardío y descenso del rendimiento. Los ácidos grasos omega 3 (PUFAs) han mostrado efectos sobre el descenso de la producción de eicosanoides inflamatorios, citoquinas y radicales libres; además se ha observado efectos inmunomoduladores y atenúan las respuestas inflamatorias. Pocos estudios han valorado la influencia de los PUFA sobre el rendimiento. Recientemente, se ha publicado un interesante artículo (Mickleborough, 2013; Int J Sport Nutr Exerc Metab 23: 83-96) en el que el autor revisa los posibles beneficios de la suplementación con omega 3 en relación al rendimiento deportivo. El autor señala que los datos en humanos no son consistentes, y que se necesitan más investigaciones que precisen el establecimiento de las dosis más adecuadas, y la relación riesgo-beneficio de la suplementación

 
La recomendación vigente hoy,  y la que nosotros utilizamos, es la suplementación de 1-2 g/día con una relación de EPA:DHA (ácido eicosapentanoico: ácido docosahexaenoico) de 2:1. Esta dosis parece beneficiosa para contrarrestar la inflamación asociada al ejercicio, y mejorar la salud del atleta en general.