Lo primero que quiero dejar claro es que con este artículo no tengo ninguna intención de echar tierra sobre los fabricantes de suplementos, de hecho mentiría si negara que soy uno de sus consumidores. Mi intención con este artículo es la de abrir los ojos a todos los que consumimos suplementos, para que lo hagamos con la mayor responsabilidad y rigor posibles. Muchas veces nos dejamos aconsejar por terceras personas acerca de la toma de uno u otro suplemento, sin pararnos a pensar en si los beneficios por tomarlos compensará los posibles riesgos o efectos secundarios, o si ese suplemento tendrá el mismo efecto en nosotros que en quien nos lo recomienda. En otras, en cambio, nos creemos lo que leemos en los etiquetados en los productos pensando que no pondría nada que no estuviese más que demostrado.

En la mayoría de los países la legislación sobre suplementos es mínima o no se cumple, permitiendo que se promocionen beneficios no comprobados y que se fabriquen productos que no cumplen con los estándares de etiquetado y/o de composición. El problema radica en que estos estándares y códigos se basan en la auto rregulación , por lo que no sería descabellado pensar que los productos contengan sustancias no permitidas y que la información de sus etiquetas sea incompleta o imprecisa. Al considerarse medicamentos de auto prescripción de bajo riesgo, no tienen por qué someterse a revisiones completas de calidad, seguridad y eficacia. Se espera que cumplan con las reglamentaciones en cuanto a fabricación y promoción, con un efecto terapéutico limitado. En la práctica no se hacen muchos controles de calidad salvo quejas importantes en materia de salud y seguridad.En Estados Unidos, país origen de la mayoría de fabricantes de suplementos, los productos y fabricantes pueden crecer libremente a no ser que exista una intervención específica de la FDA (Food and Drug Administration).

Aunque no se espera que los fabricantes de suplementos promocionen beneficios para la salud sin que éstos estén comprobados, en los anuncios publicitarios y etiquetas este aspecto está sin controlar y se explota de sobremanera, conteniendo incluso en alguno de ellos sustancias no declaradas que pueden causar problemas de dopaje en deportistas profesionales. De hecho esto último ha ocurrido en numerosas ocasiones, como vamos a desarrollar a continuación. Por lo tanto es probable que creamos que los beneficios de los suplementos están comprobados científicamente porque pensemos que una publicidad engañosa no sería permitida…

analisis suplementos

Suplementos analizados

En deportistas profesionales el uso de suplementos se ha convertido en la causa más común de resultados positivos en los controles de dopaje y es la base de la mayoría de las apelaciones. Los códigos antidopaje responsabilizan al deportista en el caso de utilizar sustancias no permitidas, independientemente de las circunstancias y la fuente de la ingesta. Es decir, a pesar de que un deportista obtenga un resultado positivo en un control por una sustancia que no esté rotulada en el etiquetado del suplemento, sería penalizado, por mucho que el deportista desconociese el hecho al no aparecer declarada la sustancia en la etiqueta del producto. Sustancias no declaradas en el etiquetado y cantidades alteradas de una sustancia respecto a las declaradas en el etiquetado suelen ser la causa más común de los problemas de dopaje en deportistas profesionales.

  • En 1994 un atleta sueco obtuvo resultados positivos en efedrina después de usar un suplemento de ginseng que resultó no contener ningún gingenósido (el principio activo del ginseng) pero sí contenía efedrina, sin que en la etiqueta del producto apareciese advertido (1).
  • En 1999 un ciclista danés dio positivo en efedrina debido a un suplemento de hierbas que contenía efedrina, como correctamente aparecía en su etiqueta, pero contenía también cantidades importantes de otro estimulante alcaloide que no estaba declarado en el etiquetado (2).
  • En el año 2000 un laboratorio de Viena acreditado por el COI (Comité Olímpico Internacional) realizó un análisis de 54 suplementos, de los cuales el 22% contenían prohormonas no declaradas en la etiqueta. Los nombres de los fabricantes de estos productos se pueden ver en Internet dentro de este informe. (3).
  • Un laboratorio de Colonia acreditado por el COI, en el año 2000, encontró testosterona y varias formas de androstenediona y 19-norandrostenediol en tres suplementos fabricados en Estados unidos. No se informó del nombre de los mismos, pero eran comercializados como productos de tribulus terrestris, crisina y guaraná. En ninguno de los suplementos las sustancias prohormonales aparecían en la etiqueta, a pesar de que un estudio con voluntarios demostraba que el uso de esos suplementos producía positivo en un control para la nandrolona (4).
  • En el año 2001 un producto prohormonal de venta libre, la androstenediona, dio resultados positivos en la detección de nandrolona en la orina, al estar contaminado con 19-norandrostenediona. Además se analizaron más prohormonales de este tipo pero de otras marcas y resultaron tener graves errores en el etiquetado (5).
  • En el año 2003, el laboratorio de Colonia acreditado por el COI analizó 110 suplementos en cuya etiqueta no se declaraba la presencia de estimulantes, resultando que 14 de ellos contenían cafeína y dos contenían efedrina, sustancia prohibida en la mayoría de códigos antidopaje (6).
  • En el mismo año 2003 se analizaron tres suplementos fabricados en Estados unidos y comercializados en Reino Unido, con un componente llamado T-Matrix (ribosa, creatina, BCAAS y taurina). uno de ellos contenía metandienona, esteroide anabólico cuyo nombre comercial es Dianabol. Estos suplementos, tomados como indicaba el fabricante, habrían causado positivo en la pruebas antidopaje, además del perjuicio para la salud que supone dicho esteroide (7).
  • El laboratorio de Colonia, en el año 2004, realizó un análisis exhaustivo de 634 suplementos, de 215 fabricantes en 13 países, vendidos a través de tiendas minoristas (91%), Internet (8%) y venta telefónica. En la etiqueta de ninguno de estos productos se mencionaban prohormonas como componentes, y 94 suplementos (el 15% del total) contenían hormonas o prohormonas entre sus ingredientes, y en otros 63 suplementos hubo problemas técnicos en los análisis, por lo que no estaban libres de contener estas sustancias. De los 94 suplementos, el 68% contenía prohormonas de la testosterona, el 7% prohormonas de la nandrolona y el 25% componentes relacionados con ambas. Se demostró que la ingesta de estos suplementos provocaba un positivo para la nandrolona. Un dato relevante del informe era que del 10 al 20% de los productos comprados (no fabricados) en España estaban contaminados con estas sustancias (8).
  • En el año 2006 se analizaron 103 suplementos (creatina, prohormonas y BCAAS) comprados por Internet para buscar posibles estimulantes y/o esteroides anabólicos. En tres de ellos se encontraron cantidades elevadas del esteroide anabólico metandienona. Un producto de creatina contenía trazas de hormonas y 14 productos de porhormonas contenían sustancias no declaradas en el etiquetado (9).

Conclusiones

A menudo la presencia de componentes no declarado en el etiquetado de un suplemento refleja malos procesos fabricación y contaminación entre productos, pero este hecho sólo se justifica en el caso de que aparezcan trazas y no cantidades significativas de una determinada sustancia. En ese caso es razonable pensar que esas sustancias se agregan deliberadamente para potenciar el efecto del suplemento, como pueda ser la presencia de un esteroide anabólico para aumentar masa muscular y fuerza, o la presencia de un estimulante para provocar un sentimiento de energía y bienestar de quien lo consume. los casos que he comentado anteriormente afectan a deportistas profesionales en lo referente a controles antidopaje, pero afecta a la salud de todos los consumidores.

No dudo de la ética y el buen hacer de los fabricantes de suplementos, que en su mayoría tienen unos exhaustivos controles de calidad y cuyos análisis del producto están al alcance del consumidor. Pero es nuestro deber comprobar de una manera rigurosa y responsable, en la medida de lo posible, que los suplementos que compramos y consumimos están indicados para nuestro objetivo deportivo y los beneficios que dice aportar están respaldados por estudios científicos, sin dejarnos llevar solamente por lo expuesto en el etiquetado del producto. Este era el objetivo del artículo, espero que os haya sido de interés y utilidad, agradeciendo vuestra colaboración si tenéis alguna duda o sugerencia para futuros artículos.

Fuente: Burke, L. 2007. Practical Sports Nutrition.

  1. Cui, J., M. Garle, P. Eneroth, and I. Bjorkhem. 1994. What do commercial ginseng preparations contain? Lancet 344:134.
  2. Ros, J.J., M.G. Pelders, and P.A. de Smet. 1999. A case of positive doping associated with a botanical food supplement. Pharmaceutical World Science 21:44-46.
  3. dopinginfo.de 2000
  4. Geyer, H., M. K. Henze, U. Mareck-Engelke, G.Sigmund, and W. Schanzer. 2000. Positive doping cases with norandosterone after application of contaminated nutritional supplements. Deutsche Zeitschrift fur Sportmedezin 51:378-382.
  5. Catlin, D.H., B.Z. Leder, B. Ahrens, B. Starcevic, CK. Hatton, G.A. Green, and J.S. Finkelstein. 2001. Trace contamination of over-the-counter androstenedione and positive urine test results for a nandrolone metabolite. journal of the American Medical Association 284:2618-2621.
  6. Parr, M.K., H. Geyer, G. Sigmund, K. Kohler, and W. Schanzer. 2003. Screening of nutritional supplements for stimulants and other drugs. Recent Advances in Doping Analysis, vol.11, pp. 67-75.
  7. Geyer, H., M. Bredehoft, U. Mareck, M.K. Parr, and W. Schanzer. 2003. High doses of the anabolic steroid metandienone found in dietary supplements. European Journal of Sport Science 3:1-5.
  8. Geyer, H., M.K. Parr, U. Reinhart, Y. Schrader, U. Mareck, and W. Schanzer. 2004. Analysis of non-hormonal nutritional supplements for anabolic-androgenic steroids- results of an international study. International Journal of Sports Medicine 25:124-129.
  9. Baume, N., N. Mahler, M. Kamber, P. Mangin, and M. Saugy. 2006. Research of stimulants and anabolic steroids in dietary supplements. Scandinavian Journal of Medicine and Science in Sports 16:41-48.