El ministerio de salud brasileño acaba hacer pública su nueva guía de recomendaciones dietéticas para la población. Según se informa desde el propio gobierno, el documento público titulado  «Guia Alimentar para a População Brasileira» – en una versión de borrador avanzado – estará disponible para consulta pública hasta mayo de este año, para que cualquiera pueda hacer llegar a los responsables de su desarrollo las aportaciones que considere oportunas.

Pueden descargarlo completo desde este enlace y si tienen especial interés por la nutrición y las recomendaciones oficiales, les recomiendo que lo hagan, porque es bastante diferente a la mayoría de las guías nutricionales que habrá visto hasta la fecha. Aunque, como es esperable, está escrito en portugués, es de fácil comprensión para cualquier hipanohablante y su lectura les aseguro que merecerá la pena.

A modo de resumen, les enumero sus recomendaciones para una alimentación saludable.

Las tres primeras, las principales y relacionadas con el tipo de alimentos (el qué), son las siguientes, sencillas y claras:

  1. Preparar nuestras propias comidas con alimentos básicos frescos y variados.
  2. Subir la ingesta de grasas omega 3, limitar el consumo de azucar procesada y subir el de azucar natural, limitar la ingesta de sal.
  3. Limitar el consumo de alimentos y bebidas preparados y ultraprocesados.

Por otro lado, se hacen tres recomendaciones respecto a los «cómos«:

  1. Comer regularmente y prestando atención.
  2. Comer en ambientes apropiados.
  3. Comer en compañía.

Y para terminar, en el capítulo «comprendiendo y superando obstáculos«, se aconseja lo siguiente:

  1. Hay pocas fuentes fiables con información sobre nutrición y salud, utilizar la guía.
  2. Comprar alimentos en lugares que ofrezcan variedad de productos frescos. Evitar aquellos que principalmente vendan productos preparados.
  3. Dar preferencia a alimentos de temporada y producidos localmente. Si se come fuera de casa, hacerlo donde ofrezcan comida casera.
  4. Desarrollar, ejercitar y compartir sus competencias para cocinar.
  5. Dedicar el tiempo que se merece a la alimentación y al cocinar y planifícarlo debidamente.
  6. Ser crítico con la publicidad de alimentos. Aclarar a los niños que el objetivo de esos anuncios no es educar o informar, sino vender.

Como pueden apreciar, no se parece demasiado a las guías oficiales a las que estamos habituados. Insisto en que se descargue y lea el documento original, porque los detalles de cada recomendación no tienen desperdicio. Incluso se incluyen platos y comidas de ejemplo, con  fotografías y todo.