Un gran número de deportistas, tanto recreativos como profesionales, escuchan música para entrenar, ¿por qué?. Todos nos lanzamos a responder que hace el ejercicio más ameno, pero ¿es esto verdad?

Actividades aeróbicas

La mayor parte de los sujetos que escuchan música son practicantes de actividades predominantemente aeróbicas (carrera, ciclismo, triatlón) o deportes cíclicos (aquellos que repiten siempre la misma acción)

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Según los estudios más relevantes:

  • El tiempo hasta el agotamiento fue hasta un 19,7% más, cuando se ejecuta entrenamiento con música, en comparación con no escuchar nada.
  • Las respuestas del estado de ánimo y estados emocionales fueron más positivos con música motivacional.
  • El RPE (esfuerzo subjetivo) fue más bajo si se escuchaba música que si no.
  • Las concentraciones de lactato en la sangre fueron más bajos para la música motivacional.

En términos funcionales, las cualidades motivacionales de la música pueden ser menos importantes que su ritmo y el grado en el que los participantes son capaces de sincronizar sus movimientos a su tempo.

En estos casos, la música proporcionó beneficios ergogénicos, psicológicos y fisiológicos.

 

Actividades anaeróbicas

Sprints cortos, crossfit, culturismo, halterofilia…todos estos deportes y actividades son bastante diferentes a las citadas anteriormente, son acíclicas. Está demostrado que el pico de concentración mental necesario para realizarlo es bastante mayor y más corto en el tiempo que para actividades aeróbicas (de ahí que fatiguen más el Sistema Nervioso Central).

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En estos casos, el escuchar música reduce el rendimiento en términos generales (especialmente si se llevan cascos) ya que desvía la concentración del movimiento principal. Sin embargo, es interesante notar que la música ambiental (no cascos) no conduce a un descenso del rendimiento tan notable.

 

Música y ansiedad

El escuchar música es una actividad de ocio (nadie está obligado a hacerlo). Sin embargo, son muchos los que se obligan a escuchar música distinta a sus verdaderos gustos. ¿Por qué?…Este tipo de música provoca un estado de ansiedad, lo que produce:

  • Aumento de concentraciones de ACTH.
  • Aumento de la presión arterial sistólica inducida por el ejercicio.
  • Aumento de concentraciones de testosterona, oxitocina, vasopresina y aldosterona.

En conclusión, los presentes datos demuestran que un incremento agudo en el estado de ansiedad contribuye a la activación neuroendocrina.

Conclusión práctica

Los resultados muestran que escuchar música puede influir tanto positiva como negativamente en la percepción del esfuerzo y el nivel de ansiedad, lo que podría tener consecuencias funcionales.

  • Si se realizan actividades aeróbicas o cíclicas (incluido el HIIT), es bueno escuchar música para mejorar el rendimiento. La música ambiental induce menores mejoras que si se escucha con cascos.
  • Si se realizan actividades anaeróbicas o acíclicas, quizá no es lo más recomendable escuchar música con cascos, salvo que sea en momentos puntuales (un récord personal, por ejemplo). Sin embargo, previo al ejercicio, sí puede ser interesante escuchar música motivadora o que aumente la ansiedad.

Fuentes

  • Jezova D, Hlavacova N, Makatsori A, Duncko R, Loder I, Hinghofer-Szalkay H. Increased anxiety induced by listening to unpleasant music during stress exposure is associated with reduced blood pressure and ACTH responses in healthy men. Neuroendocrinology. 2013;98(2):144-50. doi: 10.1159/000354202. Epub 2013 Aug 13.
  • Karageorghis CI, Mouzourides DA, Priest DL, Sasso TA, Morrish DJ, Walley CJ. Psychophysical and ergogenic effects of synchronous music during treadmill walking. J Sport Exerc Psychol. 2009 Feb;31(1):18-36.
  • Terry PC, Karageorghis CI, Saha AM, D’Auria S. Effects of synchronous music on treadmill running among elite triathletes. J Sci Med Sport. 2012 Jan;15(1):52-7. doi: 10.1016/j.jsams.2011.06.003. Epub 2011 Jul 30.