El cortisol como ya he explicado varias veces , de origen esteroideo, es el principal glucocorticoide de la corteza adrenal. En cuanto a sus funciones principales, en relación con el ejercicio se encuentran las siguientes:

  • Catabolismo proteico y muscular (Crowley y Matt, 1996): promueve la descomposición de los aminoácidos con objeto de activar la gluconeogénesis (Brownlee y col., 2006).
  • Utilización de los ácidos grasos como combustible energético: potencia la acción de la lipasa hormona sensible que será la encarga de transportar a la mitocondria la grasa proveniente del tejido adiposo (Djurhuus y col., 2002).
  • Disminución de la captación de glucosa a nivel periférico: efecto contrario al de la insulina (Chicharro, 2006).

Una de la respuesta característica del cortisol al ejercicio es que se eleva a media que aumenta la duración del mismo, especialmente en el de resistencia aeróbica, coincidiendo con unos menores  niveles de glucógeno (Feriche, 2003). Viru y Viru (2003) proponen que la capacidad de generar altos  niveles de cortisol como respuesta al ejercicio pudiera ser una adaptación beneficiosa. Sin embargo, altos niveles en reposo de cortisol debería de llamar nuestra atención y poder constituir un índice de sobre-entrenamiento, especialmente cuando se acompaña de descensos en los niveles de testosterona.

Os dejo un estudio Int J Sports Med 2001; 22(2): 120-126 donde un complento de vitamina C ( 2 · 500 mg comprimidos al día) se administró a 10 atletas maratonista durante 7 días antes de la participación en un evento de 90 kilómetros marcha , así como el día de la carrera y durante 2 días después de su finalización . Las concentraciones circulantes de vitaminas A , C y E , así como las de los leucocitos y plaquetas , la mieloperoxidasa , la proteína C – reactiva (PCR ) , interleucina – 6 ( IL – 6 ) , factor de necrosis tumoral – α ( TNF ) , el cortisol , y creatina quinasa se ​​midieron 16 horas antes de la carrera como 30 minutos  ,  las 24 horas , y 48 horas después de la competición. Antes de la carrera las concentraciones de vitamina C en el grupo suplementado se mantuvierón sin cambios pero después de la carrera ( 118,2 ± 15,9 y 115,9 ± 11,9 mmol / l )  se observó un aumento en el grupo de placebo inmediatamente después de la carrera ( 85,8 ± 11,9 a 107,4 ± 18,8 mmol / l ) , con un retorno a los valores antes de la carrera después de 24 horas. Inmediatamente después de la finalización de la carrera se produjeron elevaciones transitorias de las concentraciones de neutrófilos circulantes , monocitos y plaquetas , IL- 6 , del cortisol , la PCR , y la creatina quinasa en ambos grupos. En el grupo suplementado las concentraciones de PCR fueron significativamente mayores (p < 0,01 ) en cada uno de los puntos de tiempo posteriores a la carrera , mientras que los de cortisol eran 30 % más bajos inmediatamente después de la carrera .

Conclusión:

Estas observaciones proporcionan evidencia de que la suplementación con vitamina C puede debilitar la movilización a la adaptación de esta vitamina en las glándulas suprarrenales durante el estrés oxidativo inducido por el ejercicio físico extenuante y puede ser asociado con una mejora tras la atenuación del cortisol elevado por el ejercicio físico.