El mundo del coaching deportivo ha ganado popularidad en los últimos años, y son muchas las personas que buscan convertirse en entrenadores. Sin embargo, ser un entrenador requiere dedicación y compromiso hacia los demás y depende en gran medida de la experiencia y habilidades interpersonales. Por esta razón, no todos los que buscan convertirse en entrenadores están dispuestos a aceptar este desafío.

El coaching debe de ser un proceso interactivo entre el coach y el alumno, en el que el entrenador no solo debe transmitir sus conocimientos, sino que también actúa como facilitador para ayudar a alcanzar objetivos.

Por ello es fundamental que el coach sea capaz de crear un vínculo estable, generando confianza y empatía con el alumno (escuchando activamente y haciendo las preguntas adecuadas para que el alumno descubra sus propias respuestas). La formación mencionada y habilidad son necesarias para lograr este objetivo, siempre apoyadas en la experiencia.

Ser un entrenador exitoso no se logra simplemente asistiendo a clases impartidas por tu coach, aprendiendo metodología o nomenclatura, ejecutando entrenamientos o subiendo vídeos a Instagram sobre ejercicios, sino que requiere un compromiso, basado en la formación específica de base llevada a la práctica. Un entrenador en el que se pueda confiar, tiene una visión amplia y un claro enfoque en el desarrollo integral de sus alumnos, conoce sus fortalezas, motivaciones y valores, tras un periodo de observación y experiencia, en lugar de centrarse solo en la consecución de resultados a corto plazo. Sabiendo esto, el coach puede establecer objetivos realistas y duraderos que puedan alcanzarse a medio y largo plazo, según el punto de partida y las debilidades/ lesiones de cada alumno.

  • La formación de base y complementario propia de la profesión le proporcionará los conocimientos necesarios para transmitir seguridad y confianza al alumno, lo que a su vez garantizará su progreso. Entrenador, lee y estudia.
  • La práctica permitirá al entrenador aprender de sus errores y mejorar continuamente sus habilidades. Entrenador, entrena.
  • La experiencia le posibilitará comprender las diferencias individuales y adaptarse mejor a las necesidades y objetivos de cada alumno. Entrenador, reflexiona.

Hoy en día, me siento feliz de haber tenido un impacto positivo en la vida de tantas personas, ayudándolas a conseguir un trabajo gracias a mis enseñanza y dedicación. Sin embargo, en la mayoría de ocasiones, esta intención ha sido motivada únicamente por razones superficiales o pasajeras como la popularidad, un ingreso adicional o únicamente conseguir un puesto de trabajo que aparentemente es fácil. Lo cual, como mencioné anteriormente, para nada es el camino para convertirse en un entrenador. Para mí, ser entrenador implica:»

  • Tener una permanente dedicación con un claro enfoque a largo plazo en el reciclaje y actualización de contenidos.
  • Mantener un compromiso en la formación y actualización de conocimientos para asegurar el progreso y la mejora personal constante.
  • Tener claro que el alumno siempre es el objetivo del entrenador. Olvidar recompensas superfluas o a corto plazo.
  • Sacrificar tiempo y dedicación para conseguir los objetivos del alumno.
  • Tener la disposición de probar en uno mismo lo que se desea transmitir a los alumnos y analizar resultados.
  • Ser ejemplo y modelo hacia ellos en los diferentes aspectos y hábitos del día a día.
  • Preocupación real y comprometida sobre la mejora y progresión del alumno.

Por lo tanto, aprender de un entrenador no te convierte en uno. Esta es la razón por la que la figura del coach o del mentor es tan importante en un campo tan gris como el del entrenador. Estoy feliz de tener a personas a mi alrededor que sienten y siguen cada una de estas palabras.

Sigamos trabajando juntos para construir una comunidad fuerte, saludable y capaz en su desarrollo.

«El liderazgo es la habilidad de convertir una visión en realidad» – Coach Lou Holtz