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El entrenamiento interválico de alta intensidad (HIT) se asocia a algunas adaptaciones cuantitativamente diferentes en comparación al entrenamiento continuo (CMT). En síntesis, y dependiendo de la estructura del HIT, éste ayuda a alcanzar valores más altos de VO2max, proporciona adaptaciones neuromusculares más ligadas a la velocidad de ejecución y puede mejorar la tolerancia a la acidosis. El CMT esencialmente es capaz de mejorar la eficiencia de gesto y las adaptaciones que conllevan el sostenimiento de altas cargas durante tiempo prolongado (umbral aeróbico). Por ello, en cualquier programa básico de preparación de deportistas de resistencia aeróbica se combinan HIT y CMT, siendo el entrenador en base al perfil del atleta y de la prueba a realizar quien determina el predominio de una modalidad de entrenamiento sobre la otra. Algo importante es que estas adaptaciones, esencialmente las relacionadas con el CMT, son tiempo-dependientes, es decir, son necesarios periodos largos de entrenamiento (meses, años) para expresar al máximo las adaptaciones. Frente a esto, muchos trabajos científicos publicados que comparan adaptaciones entre HIT y CMT utilizan protocolos muy cortos en el tiempo, algo que hemos de tener muy en cuenta antes de extraer conclusiones precipitadas de los resultados. En este sentido, recientemente se han publicado los resultados de un estudio (Esfandiari y col, 2013; Eur J Appl Physiol 27-nov) en el que los autores examinaron los efectos de un entrenamiento HIT vs CMT en jóvenes atletas en un periodo de 12 semanas. Los resultados mostraron que ambos protocolos mejoraron significativamente el VO2max, sin diferencias entre ellos. También ambos mejoraron la función diastólica en ejercicio (volumen diastólico final = mayor llenado), con mayores valores del volumen sistólico.

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