Mucho se ha investigado sobre la incompatibilidad del entrenamiento de fuerza y el entrenamiento aeróbico, y aunque no existe un único posicionamiento al respecto probablemente debamos abandonar la idea general de esa supuesta incompatibilidad. Recientemente, un grupo de investigadores suecos ha publicado los resultados de un estudio (Lundberg y col, 2012; J Appl Physiol 25-oct) en el que testaron la hipótesis que el entrenamiento aeróbico (AE) junto con el de fuerza (RE), podrían llevar a un mayor grado de hipertrofia que el entrenamiento de fuerza aislado. Para comprobar su hipótesis realizaron un entrenamiento AE+RE (extensión de rodilla unilateral) durante 5 semanas. El miembro opuesto solo realizó RE. El AE se efectuó 6 h antes del RE, y consistió en 45 min de pedaleo unilateral en bicicleta. El RE consistió en 4×7 extensiones máximas de rodilla. Se realizaron distintas valoraciones funcionales, biopsia muscular y resonancia magnética. Los resultados mostraron que el aumento de fuerza isométrica y pico de potencia muscular fueron comparables en AR+RE y en RE. AR+RE mostró un aumento mayor del volumen del cuádriceps que RE. El área transversal de las fibras musculares aumentó un 17% después de AE+RE, y un 9% después de RE. La actividad de la citrato sintasa aumentó solo después de AE+RE. Así pues, el aumento de la capacidad aeróbica provocado por AE+RE se acompañó de un mayor aumento del tamaño muscular en comparación a RE. Parece pues que un entrenamiento aeróbico intenso puede ser ejecutado antes del entrenamiento de fuerza sin comprometer el rendimiento y las adaptaciones esperadas de este último.