Introducción

Desarrollar la velocidad es complicado, y esto se debe a que hay muchas variables que considerar, tales como: fuerza y energía, mecanismo para correr, flexibilidad/ alcance del movimiento y longitud de la zancada. Cualquiera de estas variables puede ser tomada en cuenta en un programa para mejorar la velocidad. Esta revisión destaca los diferentes protocolos que podrían utilizarse para mejorar la velocidad de manera específica para los atletas. Hay diferentes formas de trabajar con un atleta que se pueden utilizar para mejorar el rendimiento de la velocidad. Los entrenadores deben seleccionar las modalidades más apropiadas para sus atletas, teniendo en cuenta las distancias de sprint que ocurren típicamente durante la competición. El propósito de este estudio fue realizar una breve revisión en cuanto al efecto de la especificidad. Las carreras de velocidad sin cargas con un enfoque en la técnica, así como carreras de velocidad de manera resistida utilizando una carga moderada (peso que causan la disminución de más del 10% del espacio recorrido) ya sea con trineo de arrastre, bandas de resistencia, chaleco de peso o como por ejemplo paracaídas de velocidad, entrarían dentro del grupo de entrenamiento específico. Dentro del grupo no especifico, entraría por ejemplo entrenamiento de fuerza, o entrenamiento pliométrico.

Método

El estudio, examinó un protocolo de entrenamiento específico en los atletas es decir (arreras de velocidad sin cargas con un enfoque en la técnica, así como carreras de velocidad de manera resistida) junto con entrenamiento no especifico es decir ( entrenamiento de fuerza y de potencia [pliométrico] ) y a su vez examinaron una combinación de específicos y no específicos, sobre diferentes distancias de sprint (0-10, 0-20, 0-30 y 31 + m). Un total de 48 estudios cumplieron los criterios de inclusión, lo que resulta en 1.485 sujetos atletas profesionales de atletismo de fondo.

Resultados

Los resultados obtenidos asociados al entrenamiento específico de sprint fueron clasificados como moderados (tamaño del efecto [ES] = -1,00; -3,23% de cambio. También se observó que el resultado del entrenamiento específico de sprint tendió a disminuir con la distancia, aunque se observaron los mayores efectos del entrenamiento para el 31+ m de distancia. Los resultados más importantes del entrenamiento (ES = -0.43; -1.65% = cambio) no específico se observaron para el 31+ m de distancia. Sin embargo, los resultados de la combinación de específico y no específico, reveló mayores efectos (ES = -0,59; -2,81% = cambio) para el 0-10 m de distancia.

Después de esta revisión, podemos concluir que los métodos de entrenamiento de velocidad específicos parecen ser los más beneficiosos sobre las distancias investigadas (0-10, 0-20, 0-30 y 31 + m). Sin embargo, la aplicación de los métodos de entrenamiento no específicos (por ejemplo, entrenamiento de fuerza y entrenamiento pliométrico) también seria de ayuda para el atleta y su velocidad ya que se ha observado una mejoría en distancias cortas.

Conclusión

Las carreras de velocidad sin cargas con un enfoque en la técnica, así como carreras de velocidad de manera resistida utilizando una carga moderada (peso que causan la disminución de más del 10% del espacio recorrido) ya sea con arrastre, bandas de resistencia, chaleco de peso o como por ejemplo paracaídas de velocidad, parece provocar las mayores ganancias en el rendimiento de velocidad del atleta de fondo. Con respecto a la distancia óptima usada para el sprint resistido en el entrenamiento, la investigación parece tener un vacío a la hora de determinar qué distancia constituye la fase de aceleración. Ésta varía de 0-20 metros, 0-30 metros, 30-50 metros. Para estar en el lado seguro, usa los 30 metros como una distancia de aceleración segura. Por supuesto esto puede variar de un atleta a otro debido a la experiencia, fuerza y longitud de la zancada. Un sprinter novato permanecerá más tiempo en la fase de aceleración mientras que un atleta experimentado en sprint, alcanzará la velocidad clave mucho más rápido.