La pérdida de grasa corporal es probablemente el objetivo que busca todo el mundo cuando acude al gimnasio. Unos para bajar de peso y otros con el fin de conseguir un cuerpo definido y lucir six-pack. El principal problema que tenemos a la hora de conseguir este objetivo es que casi siempre la pérdida de peso viene acompañada de una pérdida de masa muscular.
Este problema, principalmente se suele dar en personas que buscan conseguir un % graso muy bajo pero según un reciente estudio publicado en una de las revistas científicas más importantes sobre obesidad, en dietas con un déficit calóricode 500 Kcal al día y donde se ingiere sólo 1g de proteína/Kg de peso al día la pérdida de masa muscular puede suponer hasta un 40% del total del peso perdido.
El principal problema que encontramos es, que para perder peso, debemos conseguir un balance energético negativo. Se ha observado que enregímenes restrictivos la degradación de proteínas es mayor por lo tanto conllevará a una pérdida de masa muscular.
Para evitar esto debemos llevar a cabo una serie de pautas. La primera de ellas es no llevar a cabodietas excesivamente restrictivas ni con déficit calóricos desmesurados. Ingerir alrededor de 2,4 g de proteína/Kg de peso corporal para asegurar el mantenimiento de tejido magro. Posteriormente deberemos repartir de manera equitativa la cantidad total de proteína en todas las comidas siendo recomendable a mayor número de comidas menor degradación proteíca (realizar 5-6 comidas).
Además, según este estudio, ingerir proteína de alto valor biológico de manera sólida en lugar de suplementos parece ser más eficaz para evitar la pérdida muscular. Los alimentos más recomendados son los de origen animal (aves y res) ya que poseen niveles más altos de Leucina (aminoácido con mayor relación en síntesis de proteínas).
Como último consejo, deberemos realizar sesiones de entrenamiento más cortas pero más intensas. Esto favorecerá, la segregación de hormonas anábolicas (testosterona, Hormona del crecimiento, IGF-1) y evitará la aparición del cortisol, hormona relacionada con la degradación proteíca.