La filosofía convencional sobre la pérdida de peso sugiere que el café puede ser un buen añadido a un plan dietético ya que tiene un mínimo de calorías y no tiene grasa. Aunque esto parece lógico, una percepción más holistica evalua el café desde un punto de vista de su influencia en la habilidad del cuerpo para metabolizar los otros alimentos que comemos. Estudios recientes sugieren que a pesar de su bajo nivel de calorías, si se abusa del café, en realidad puede que fomente la ganancia de peso además de diabetes tipo II simulando la producción de cortisol y resistencia insulínica.

La cafeína estimula la producción de cortisol

Uno de los papeles del cortisol, conocido como la hormona del estrés, es ayudar a facilitar el mecanismo de luchar o correr, diseñados para salvarnos de amenazas físicas. Cuando el cuerpo está estresado, el trabajo del cortisol es subir la tensión sanguinea y agilizar el metabolismo de los azúcares y la grasa, aumentando la cantidad de azúcares en la sangre para alimentar a los músculos y las células para que puedan funcionar de forma más eficaz cuando estén estresados. El cortisol también promociona la liberación de insulina necesaria para facilitar el movimiento de la glucosa en las células.

Esta demanda de azúcar en la sangre inducida por el cortisol, nos hace sentir hambre y eso nos anima a comer más a pesar de nuestras mejores intenciones. Claro que esta situación se agrava si bebemos más café cuando estamos en un estado de estrés. Si nuestra respuesta al aumento de cortisol fuese fisica, como escapar corriendo de una amenaza percibida o elegir en lugar de eso luchar, podríamos quemar el carburante extra, sin embargo en el mundo de hoy ya que la mayoría del estrés es mental o emocional y rara vez debido a una amenaza real física, la ganancia de peso es un resultado probable. Además ante niveles constantemente elevados de insulina, nuestras células tenderán a volverse resistentes a su efecto haciendo que sean menos capaces de usar nuestros elevados niveles de azúcar en sangre. Esta resistencia ante la insulina a menudo es seguida por un diagnóstico de diabetes tipo II.

El  consumo regular de café puede incrementar la tolerancia a la respuesta del cortisol

Mientras que la cafeína activa la producción de cortisol, un estudio del año 2005 publicado en Psychosomatic Medicine, halló que el consumo habitual de café aumenta nuestra tolerancia, abotargando su efecto de alguna manera. Los sujetos en este estudio que tomaron cafeína después de un ayuno de cinco días, mostaron picos altos de cortisol por las mañanas, un efecto que se reducía después de varios días de exposición regular. Sin embargo los investigadores también hallaron que cuando los sujetos eran expuestos a la cafeína de forma continuada en el día, los niveles de cortisol volvían a subir en la tarde. Resultados posteriores también demostraron que los participantes del estudio con propensión a tensión alta reaccioanaban más fuertemente ante la cafeína que los otros sujetos produciendo más cortisol.

Esto significa que las personas que beben café todo el día, tienen una buena posibilidad de que su cuerpo responderá produciendo más cortisol y fomentando la ganancia de peso (Grasa) y/o el desarrollo de diabetes tipo 2, especialmente los hipertensos. Por otro lado, las personas que inhiben su ingestión de café a una o dos tazas por la mañana a primera hora, tendrán una respuesta de cortisol menos grave.

El cortisol promociona el almacenaje de grasas

Según Shawn Talbott,  PhD, autora de “The Cortisol Connection” otro de los papeles del cortisol es animar a nuestros cuerpos a almacenar grasas,  un proceso que es ayudado por niveles más altos de insulina.  Desgraciadamente este tipo de grasa en  concreto se sitúa en la zona abdominal causando una enfermedad que se asocia no solo a la diabetes sino con enfermedad coronaria, alto colesterol e hipertension.

Por todas estas razones, beber café en exceso no es la mejor idea para alguien que tiene como meta perder peso. Aconsejaria no beber mas de dos al día, como mucho.