Existen algunas medidas que podemos observar para minimizar el daño producido por nuestra ingesta alcohólica, en especial si estamos tratando de perder grasa. Las reglas son las siguientes:
- Para el día en que se vaya a beber, restringir la ingesta de grasas a 0,3 g / kg de peso corporal (o lo más cercano a esta cifra como sea posible).
- Limitar los hidratos de carbono a 1,5 g / kg de peso corporal. Obtener todos los Hidratos de carbono de las verduras y fuentes de proteínas mixtas. Limitar también las bebidas alcohólicas ricas en carbohidratos, como las bebidas a base de zumos y cerveza. 33cl de cerveza contienen cerca de 12 g carbohidratos.
- Una buena elección son los vinos secos, muy bajos en carbohidratos (alrededor de 0,5 a 1 g por vaso) Los vinos dulces superan los 4-6 g por vaso. El coñac, la ginebra, el ron, el whisky, el tequila y el vodka son, básicamente, cero carbos.
- Comer tanta proteína como se quiera. Debido a la limitación de grasas, se necesita obtener la proteína de fuentes magras. Las fuentes de proteínas como el queso cottage bajo en grasa, proteína en polvo, pollo, pavo, atún, carne de cerdo y claras de huevo son buenas fuentes de proteína de este día.
- Para una eficaz pérdida de grasa, el consumo de alcohol debería limitarse a una noche por semana. Aplicar el protocolo y se perderá grasa una vez por semana, siempre y cuando la dieta se afine y respete el resto de los días.
- Aplicad esto con buen juicio. Esta estrategia es a corto plazo para aquellos que quieren beber sin impactar significativamente en el progreso o la pérdida de grasa. No es algo que a la gente vaya a hacer como base diaria, pero es una de las estrategias que se aplican para mantener el cuerpo bajo en grasa.