Hoy os hablo acerca de la intención. La intención no es sólo el punto de partida, es la brújula que nos guía, es el guardián de nuestro esfuerzo. En cada repetición, en cada serie, en cada jornada de entrenamiento, la intención es lo que debe dirigir nuestras acciones. No se trata sólo de mover la barra, de completar el entrenamiento, de llegar al final de la sesión. Se trata de cómo lo hacemos, del sentido que damos a cada movimiento.
El levantamiento de peso no es simplemente una cuestión de fuerza bruta, es también una cuestión de intención. ¿Por qué levantas esa barra? ¿Por qué te esfuerzas tanto? ¿Qué te impulsa a seguir adelante cuando tu musculatura está cansada y tu respiración está agitada?
La respuesta a todas estas preguntas radica en tu intención. Si tu intención es clara y fuerte, tu esfuerzo será significativo y tus resultados inevitables.
Sin embargo, quiero recordaros que no hay éxito sin esfuerzo, no hay recompensa sin sacrificio. Si realmente quieres progresar, debes estar dispuesto a esforzarte y sacrificarte. Debes estar dispuesto a poner a prueba tus límites y a superarlos.
Además, quiero que tengáis en cuenta que la intención no es algo que se mantiene por sí sola. Necesita ser alimentada, reforzada, renovada. Necesita ser recordada cada vez que te enfrentas a un reto, cada vez que te sientes tentado a rendirte, cada vez que te preguntas si vale la pena el esfuerzo. Y la respuesta es sí, siempre vale la pena.
En resumen, la intención es la clave para obtener resultados. No sólo en el acondicionamiento físico, sino en todas las áreas de la vida. Así que os insto a que mantengáis viva vuestra intención, a que la reforcéis con cada entrenamiento, con cada repetición, en cada esfuerzo, tenerla siempre presente. Recordad siempre por qué estáis aquí, por qué hacéis lo que hacéis, qué esperáis conseguir. Y nunca, perdáis de vista vuestra intención.
Mantén el foco. Mantén la intención. Verás resultados.