¿Qué es el flujo? El flujo se puede definir como un estado en el cual nos sumergimos por completo en una actividad. Durante esta experiencia, nos sentimos fuertes, alertas, con control sin esfuerzo, sin conciencia de nosotros mismos y en la cima de nuestras habilidades. En el ámbito deportivo, el flujo es un estado mental que los atletas logran cuando se sienten completamente comprometidos con su rendimiento, pierden la noción del tiempo, se concentran en el momento presente y alcanzan niveles extremadamente altos de ejecución.

Los atletas que han experimentado el estado de flujo a menudo hablan de perder la noción del tiempo y sentirse completamente comprometidos con la actividad en cuestión. Esencialmente, el estado de flujo es un estado de hiper enfoque. Se ha atribuido al flujo altos niveles de rendimiento en una variedad de disciplinas deportivas. Para mí, el flujo es ese estado mágico en el cual mi mente y mi cuerpo se fusionan. Cada movimiento, cada acción se convierte en una extensión natural de mi ser. Solo existe esa conexión, lo cual me permite alcanzar un nivel de rendimiento o superación mayor. Sin embargo, es importante reconocer que esto no siempre es fácil. Hay acciones esenciales que se deben tomar para entrenar y desarrollar esta «capacidad» que nos permite alcanzar un mayor nivel de conciencia y excelencia en nuestro desempeño.

Fisiología del estado de flujo:

Activación del sistema nervioso central (SNC):

  • Disminución de la actividad en la corteza prefrontal:
    • La corteza prefrontal es responsable de funciones ejecutivas como la toma de decisiones, el razonamiento y la autorreflexión.
    • En el estado de flujo, se cree que hay una disminución de la actividad en esta área, lo que permite una mayor eficiencia en la toma de decisiones sin la interferencia de pensamientos críticos o dudosos. Es como si el atleta entra en un estado de «piloto automático,» donde las habilidades y técnicas se ejecutan sin pensamiento consciente.
    • Este fenómeno se ha observado en diversos estudios utilizando tecnologías de imágenes cerebrales como la resonancia magnética funcional (fMRI).
  • Liberación de neurotransmisores:
    • La dopamina es un neurotransmisor clave en la motivación y el placer. Se libera durante el estado de flujo, creando una sensación de euforia y satisfacción que puede mejorar la concentración y la motivación para continuar con la actividad.
    • Las endorfinas, conocidas como las «hormonas de la felicidad», también se liberan, lo que puede disminuir la percepción del dolor y aumentar la resistencia.

Respiración y ritmo cardíaco:

  • Respiración controlada:
    • Durante el flujo, la respiración tiende a ser más profunda y rítmica. Esto puede mejorar la oxigenación de la sangre y, por lo tanto, la eficiencia en la entrega de oxígeno a los músculos.
    • La práctica de técnicas de respiración puede ser útil para alcanzar y mantener este estado óptimo.
  • Ritmo cardíaco óptimo:
    • En el estado de flujo, el corazón late en un rango que es eficiente pero no excesivo. Esto permite una actuación de alta intensidad sin llegar al agotamiento.
    • El control y monitoreo del ritmo cardíaco, a través de dispositivos como monitores de frecuencia cardíaca, pueden ayudar a los atletas a entrenar en este rango óptimo.

Metabolismo energético:

  • Utilización de sustratos energéticos:
    • En el estado de flujo, el cuerpo puede utilizar de manera eficiente la glucosa y las grasas como fuentes de energía. Esto permite una actuación prolongada y de alta calidad.
    • La nutrición y la hidratación juegan un papel importante en este proceso, ya que los sustratos energéticos deben estar disponibles en las cantidades y proporciones adecuadas.

En conclusión, la fisiología del estado de flujo es un campo complejo y fascinante que involucra la interacción de sistemas cerebrales, respiratorios y metabólicos. Comprender y aprovechar estos procesos puede ofrecer a los atletas una ventaja significativa en el entrenamiento y la competencia.

Acciones o elementos críticos de manera fija para lograr el estado de flujo:

Equilibrio entre el desafío y las habilidades: El entrenamiento debe adaptarse a nuestro nivel actual. Un entrenamiento demasiado desafiante o demasiado fácil puede dificultar la entrada en el estado de flujo.

Estar presente: Implica enfocarse completamente en la tarea que se está realizando, sin distraerse ni perder la concentración en momentos clave.

Fusión entre la acción y la conciencia: Sentir que nuestros movimientos son una extensión natural de nuestro cuerpo, desarrollando una conexión fluida entre mente y músculo.

Retroalimentación imparcial: Recibir comentarios claros y objetivos sobre nuestro rendimiento por parte de entrenadores y compañeros para mejorar nuestro aprendizaje y ajustar nuestro enfoque.

Pérdida de autoconciencia: Ser «inconsciente» de uno mismo y perder el sentido del ego personal, lo cual nos permite mantener el enfoque en la tarea en cuestión.

Enfocarse en el proceso: Centrarse en el proceso en lugar del resultado tangible, desarrollando un enfoque a largo plazo y evitando obsesionarse con los detalles más pequeños.

Visualización: Utilizar la visualización mental para ensayar y prepararse mentalmente para el rendimiento máximo, construyendo confianza y reduciendo la ansiedad.

Iré escribiendo más sobre esto, nos vemos en la próxima.