La fuerza es una cualidad que tiene diferentes expresiones, algo que conocen perfectamente los entrenadores. Diferente es el conocimiento que de estos principios básicos de la especificidad del entrenamiento poseen los usuarios de gimnasios y aficionados al deporte en general, de manera que aunque entrenan fuerza, los resultados obtenidos no siempre los esperados, algo que en muchas ocasiones les hacen abandonar esta modalidad de entrenamiento. En relación a este tema, recientemente se han publicado los resultados de un estudio (Tillin y Folland, 2013; 1-dic) en el que los autores compararon los efectos de un entrenamiento de fuerza máxima (MST) vs fuerza explosiva (EST) sobre las adaptaciones alcanzadas durante un entrenamiento de 4 semanas de duración. Los resultados mostraron que la fuerza máxima (MVF) aumentó en mayor medida con MST (+21%) que con EST (+11%), lo que pareció justificarse por casi el doble de activación neuromuscular durante MVF en MST. En contraste, la fuerza explosiva (100 ms) aumentó después de EST (+16%), pero no con MST. Estos resultados refuerzan la evidencia de las distintas adaptaciones neuromusculares después de MST vs EST que son específicas del estímulo de entrenamiento, y demuestran la adaptabilidad independiente de la fuerza máxima y fuerza explosiva.