testosterona

El dopaje con testosterona en deportes de resistencia aeróbica no es muy frecuente, pero cuando existe un positivo los deportistas intentan como defensa justificar la incongruencia de doparse con hormonas que facilitan el desarrollo muscular. Pero evidentemente, además de estos efectos existen otros que si pueden justificar (desde un punto de vista fisiológico) el dopaje con testosterona. Desde su aplicación en el ámbito clínico desde hace años, sabemos que la administración de testosterona aumenta los niveles de hemoglobina, de hecho la eritrocitosis es el efecto secundario más frecuente cuando se utiliza esta terapia en el hipogonadismo en varones. Así, la administración de testosterona se asocia con aumentos de hematocrito, reticulocitos y hierro sérico, habiéndose demostrado un aumento de la incorporación del hierro a los hematíes, lo que evidentemente es una ventaja desde el punto de vista de la resistencia aeróbica. La justificación fisiológica de estas acciones, es que la testosterona regula a la baja la expresión mRNA de la hepcidina hepática y aumenta los niveles de eritropoyetina en sangre.