En mi día a día tengo que asesorar a multitud de personas en cuanto a ejercicio físico y dentro de este campo me encuentro con la necesidad de conocer los correctos hábitos nutricionales para cada persona, pero últimamente tratando con personas mayores que padecen diabetes tipo 2 me ha llamado la atención que estos crean que deben restringir la ingesta de fruta para controlar la glucemia, incluso llegando a afirmar que no pueden comer fruta. Por eso hoy creo conveniente aclarar y eliminar este mito relacionado con la fruta y la diabetes tipo 2.
La evidencia científica sugiere que un alto consumo de frutas no tiene un impacto negativo sobre el control glucémico [1]. Observando el estudio de Allan S Christensen et al. publicado en Nutrition Journal 2013, 12:29, [Effect of fruit restriction on glycemic control in patients with type 2 diabetes – a randomized trial] dos grupos de personas con reciente diagnóstico de diabetes tipo 2, el primero con recomendaciones de restringir el número de piezas de fruta diaria (135 gr ± 7, disminución de 51 gr) , y el segundo grupo con recomendaciones de aumentar la ingesta de fruta diaria (319 gr ± 24 aumento de 125 gr). Se observa que la HbA1c (Hemoglobina glucosilada) disminuyó en ambos grupos, y redujeron el peso corporal y la circunferencia de la cintura. En conclusión las diferencias en la ingesta de fruta entera en base a una dieta convencional en individuos adultos con diabetes tipo 2 recién diagnosticada y con sobrepeso no modifican el control glucémico, el peso y el diámetro de cintura, por eso la fruta no debe restringirse en estos casos. Otros estudios como el de Patrice Carter (2010) [2] o el de Hamer, M.; Chida, Y. (2007) [3] valían para concluir que no existía una relación entre la ingesta de frutas y vegetales y la aparición de la diabetes tipo 2, por lo que aumentar o reducir su ingesta no repercutía en la prevención de la misma.
Los niveles de colesterol y triglicéridos, deben estar muy controlados en los diabéticos tipo 2. Concretamente los triglicéridos están íntimamente relacionadas con la elevación de insulina en estas personas. Otro aspecto muy a tener en cuenta es la grasa intra-abdominal, que se considera una de las principales causantes de la diabetes tipo 2, por eso mismo la actividad física junto con una dieta controlada por un especialista puede beneficiar a toda la población para prevenir esta enfermedad.
Hablando de prevención, según un estudio de alto impacto, con más de 187.000 participantes, recientemente publicado en el British Medical Journal [4] nos hace recomendar el incremento del consumo de frutas para prevenir muchas enfermedades crónicas, en donde podemos enmarcar la diabetes tipo 2. En el estudio se utilizaron 10 tipos de frutas: uvas (o uvas pasas), melocotones, ciruelas, albaricoques, plátanos, melones, manzanas, peras, naranjas, toronjas, fresas y arándanos. Y el zumo de fruta incluyó entre otras manzana, naranja y pomelo. A lo largo de este estudio el 6,5% de los participantes desarrollaron diabetes tipo 2 (12.198 de 187.382). Las conclusiones son bastante interesantes, ya que afirman que existe una heterogeneidad entre los frutos individuales y el riesgo de diabetes. Un mayor consumo de frutas enteras, especialmente los arándanos, uvas y manzanas, se asoció significativamente con un menor riesgo de diabetes tipo 2, mientras que el mayor consumo de zumos de frutas se asoció con un mayor riesgo. Por eso mismo una medida de prevención de la diabetes tipo 2 puede ser incluir especialmente los arándanos, uvas o manzana en nuestra dieta habitual. Así mismo si sustituimos tres porciones/semana de zumo de frutas por frutas enteras individuales disminuiremos el riesgo de diabetes tipo 2 en un 7%.
Por orden de relevancia los arándanos están en el primer nivel, seguido por las uvas, manzanas, peras, y plátanos. Según el estudio las personas que consumen 2 veces a la semana estas frutas reducen el riesgo de padecer diabetes tipo 2 en un 23% si las comparamos con aquellas que las toman menos de 1 vez al mes. Por el contrario otras frutas deben ser tenidas en cuenta a fin de limitar su ingesta ya que puede aumentar ligeramente el riesgo de padecer diabetes tipo 2, entre ellas encontramos el melón o las fresas, pero eso no quiere decir que no se puedan consumir.
Estos resultados confirman lo ya comentado en otros artículos, en donde resaltamos la importancia de incluir fruta en nuestra dieta ya que son fuentes importantes de fibra, minerales, antioxidantes y compuestos fenólicos, lo que puede reducir los lípidos séricos, el daño oxidativo, la presión arterial y como no mejorar el control de la diabetes.
Aunque es común observar como muchas recomendaciones nutricionales relacionadas con la glucemia están ligadas a sustituir la sacarosa por otros edulcorantes, debemos decir que la elección de sustituirlo por fructosa, esta no ha demostrado ser ideal como alternativa.
En otros estudios se ha analizado el consumo excesivo de fructosa, que suele ocurrir cuandoabusamos de zumos, bebidas azucaradas, o cereales para el desayuno. Si una ingesta calórica del 17-25% del total de calorías diaria procede de la fructosa estaría asociado con un aumento de los triglicéridos (Crapo PA, et al 1998), así como de los niveles de colesterol LDL (Stanhope KL, 2009). Estos altos niveles de fructosa estaría relacionado con un aumento del riesgo de padecer diabetes tipo 2 o enfermedades cardiovasculares. En los niveles de ingesta más modestos, la sacarosa y la ingesta de fructosa no se han asociado con un mayor riesgo de cardiopatía coronaria. (Liu, S. et al. 2000)
En las recomendaciones publicadas hace unos meses por la ADA (American Diabetes Association), hacen especial mención a que las calorías totales procedentes de la fructosa no superen el 12%, lo cual ratifica lo dicho en el párrafo anterior. Las personas con diabetes deben limitar o evitar el consumo de bebidas endulzadas con azúcar (de cualquier edulcorante calórico incluido el jarabe de maíz de alta fructosa y sacarosa ) para reducir el riesgo de aumento de peso y empeoramiento del perfil de riesgo cardiometabólico.
Entre los diferentes estudios analizados, hemos también observado que algunos investigadores se centraban en conocer la influencia del índice glucémico de las frutas y concrétamente hay una frase que resume perfectamente lo analizado: “la selección de fruta baja en índice glucémico se asocia con una mejoría en la hemoglobina glucosilada, (muy utilizada en los diabéticos para saber si tenemos unos niveles controlados de glucemia). Dichos cambios también pueden afectar favorablemente el HDL-colesterol, la presión arterial y el riesgo coronario global” (DJA Jenkins, 2011)
Para finalizar decir que en la actualidad existe abundante evidencia de los estudios de las personas sin diabetes que debido a sus altas cantidades de hidratos de carbono de rápida absorción aumentan de peso y aumenta los factores de riesgo cardiometabólico, evitar o limitar estos alimentos puede ser un buen consejo para así conseguir prevenir la diabetes tipo 2 entre otras enfermedades. Las evidencias sugieren que el consumo de alta niveles de bebidas que contengan fructosa pueden tener efectos particularmente adversos en la deposición selectiva de la grasa ectópica y visceral, el metabolismo lipídico, la presión arterial, la sensibilidad a la insulina y la lipogénesis, en comparación con las bebidas endulzadas con glucosa.
Espero que este artículo os aporte un poco más de luz para poder hacer recomendaciones nutricionales adecuadas, y aunque los entrenadores debemos conocer las características de todos nuestros clientes, incluso aquellos que tienen alguna enfermedad metabólica, estos deben ponerse en manos de especialistas en nutrición para que le prescriban una dieta acorde a sus necesidades y les ayuden a controlar sus niveles de glucemia.